A mucha gente le gusta celebrar fiestas en casa pero ya se sabe, el alcohol, el gentío y los vecinos pueden chocar y arruinar una gran noche con los amigos, por no hablar de lo que supone limpiar la casa después de la invasión. Para ofrecer una alternativa a ese escenario, los hoteles que tengan problemas de ocupación podrían utilizar zonas dedicadas a montar fiestas privadas que ocupen varias habitaciones y en donde los asistentes puedan ir de un lado para otro en la zona reservada, con el hotel encargándose de las bebidas, catering y demás necesidades -con el doble beneficio que eso conlleva.